Como profesionales sanitarios, tenemos la responsabilidad de garantizar  el uso seguro, efectivo y eficiente de los fármacos que dispensamos.

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Nuestros principales objetivos son:  

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• Alcanzar la máxima efectividad de los tratamientos farmacológicos.

• Asegurar el cumplimiento farmacoterapéutico.

• Disminuir los riesgos asociados al uso de medicamentos.

• Mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.

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